El partido en general fue aburrido por momentos.
En otros, intenso. Ambos buscaron el gol que les diera la victoria, pero la
mala puntería, la buena salida de los arqueros (Marchesin por Lanús y Olave por
Belgrano) y las jugadas mal terminadas dieron el resultado de un parido sin
goles.
Al granate no le alcanzo
para ganarle a Belgrano, para acercarse a Newell’s y para cristalizar su sueño
de ser campeones. Al equipo cordobés, en cambio, le sobró. Porque el punto que
se llevó de la Fortaleza ya se metió en la Sudamericana.
¿Belgrano? Jugó sin
presiones. Tuvo la primera en el inicio (a Márquez le faltó puntería) y en el
segundo tiempo, con Lanús entregado a su búsqueda, podría haberse llevado un
premio exagerado.
Este Lanús sorprende porque no es el mismo
que jugo el torneo inicial. Porque hubo poco y nada de ese Granate. Tuvo apenas
una jugada clara, una buena bocha de Maxi Velázquez que Romero no llegó a
cabecear. Y se acabó la cuenta. No supo encontrar los espacios, no pudo romper
las dos líneas de cuatro. Desperdició mil y un pelotas paradas.
Con este punto sumado,
al granate no lo favorece, ya que se aleja por la pelea del campeonato. En
cambio, al pirata el punto sumado es positivo, porque le asegura la
clasificación a la Copa Sudamericana. Vale aclarar
que este acontecimiento es histórico para el club.
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