Ayer, mientras se jugaba San Martín de San Juan y Racing Club, hubo disturbios en la tribuna local que, tras el tercer gol de la academia arrojaron cascotes al campo de juego, por lo que decidió el árbitro Maglio suspender el partido. Ni la policía ni los bomberos pudieron con los inadaptados.
De nada sirve el minuto de silencio antes de comenzar del partido para erradicar la violencia en el fútbol. Es un problema que no sólo compromete a los dirigentes de los clubes, aquí también interviene la policía y los políticos de primera linea que tendrían que velar por la seguridad de aquéllos que van a disfrutar de un partido de fútbol. La misma historia todos los fines de semana, hasta cuando? Sera que tenemos que estar de brazos cruzados mientras los violentos hacen de la suyas? El anhelo de que esto se acabe, de erradicar de una vez y por todas a los que perjudican este deporte, parece desvanecerse.
Aquí no importa cómo va tu equipo,si sos de primera o segunda división, se trata de poder ir a disfrutar de un espectáculo deportivo.
Quien decide quien gana o pierde,no es el hincha con su accionar,son los jugadores dentro de la cancha.
Por: Florencia Simone
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